Peranzanes
-
La Octava
La Octava se celebra en la localidad de Peranzanes el domingo de Corpus. Tradicionalmente, cada año tenía lugar en una casa particular de uno de los vecinos del pueblo, que adornaba su casa, preparaba un altar para recibir al cura, que acudía a rendir culto al santo. Mientras en la casa del vecino se ultimaban los detalles para acoger la celebración, el cura iba desde la iglesia a dicha casa en procesión, acompañado de cuatro feligreses que portaban el palio que cubre al párroco. Al llegar a la casa, los niños que allí habitan reciben a la imagen portada por el sacerdote y a la comitiva tirándoles pétalos de flores. Es entonces cuando el párroco se arrodilla frente al altar y reza a la imagen ante la atenta mirada de los anfitriones y de los vecinos. A continuación, se regresa a la iglesia, donde tiene lugar una misa y se vuelve de nuevo a la casa anfitriona a comer pan y vino. Actualmente, el ritual es el mismo, con la diferencia de que es la Junta Vecinal la encargada de organizar la festividad. Así, se escoge un lugar neutral para recibir al sacerdote, como la plaza del pueblo, que es el lugar habitual de celebración. Ahora se hace así dada la falta de “voluntarios” para acoger la celebración, bien sea por la responsabilidad que supone, o bien por la falta de vecinos presentes el día de la festividad. Se trata pues de una medida de salvaguardia. -
Pesca con nasa
Comenzaremos por explicar qué es una “nasa”. Se trata de una especie de cesta con una forma muy similar a la de un ánfora. Se construye de manera artesanal con unas ramas muy finas de “salguera” (salguero). Se hace manualmente mediante un proceso muy parecido al de fabricación de cestas. Precisamente se hace con ramas de salguera porque son los árboles que crecen cerca de los ríos, de manera que el color de la nasa es muy parecido al de la maleza de las orillas. Así, la posible pesca se confunde, o no desconfía y huye. Se suele pescar en los ríos y arroyos, normalmente en balsas de agua creadas con barancadas, usualmente construidas con vigas de madera y ramas. Su uso está pensado para regadío del pasto de los prados. Para pescar las ricas truchas del río Cúa, colocaríamos la boca de la nasa a favor de corriente, ya que las truchas suelen nadar a contracorriente. Así es más sencillo que caigan en la trampa cuando el pescador las moleste, con un palo largo para sacarlas de su zona de confort, desde otra parte más inferior del río. Si consiguen molestarlas, tienden a escapar a contracorriente, hacia partes más altas del río, buscando incluso recovecos oscuros, como el de la propia nasa, que espera paciente con la boca abierta, anclada al río con ramas y piedras. -
Danza de Chano
Las danzas de Fornela tienen una amplia tradición. Se dice que son danzas de guerra, por lo que habitualmente son danzadas por hombres. Los danzantes de Chano bailan la tarde del 15 de agosto (a eso de las 17h) en el campo del Santuario de la Virgen de Trascastro, patrona de los fornelos. El día 16 lo hacen por la mañana, mientras que el día 17, danzan en su pueblo, Chano. En el caso de los danzantes de Peranzanes es a la inversa. La danza de Chano se compone de 12 bailarines: 1º y 2º juez, 2 “guías”, 4 “segundas” y 4 “banderas”, además de dos “chaconeros”, dos o tres “palilleros” (habitualmente niños) y un tamboritero. Como decimos, tradicionalmente todos son hombres jóvenes. -
Siembra de las patatas
La patata ha supuesto, durante muchos siglos, el alimento principal de muchos lugares alrededor del mundo. También de la zona de la Reserva de la Biosfera de Los Ancares Leoneses siendo, junto con la castaña, los productos gastronómicos estrella, dada su abundante producción. En el caso de la patata o pataca, como aquí se le llama a este tubérculo, su producción es anual, siendo imprescindible su siembra año tras año. El proceso comienza en primavera, entre la segunda quincena de mayo y principios de junio, dependiendo de cómo venga el tiempo ese año. Si viene muy lluvioso o más bien seco, lo que permite labrar con más comodidad la tierra. -
Danza de Peranzanes
Las danzas de Fornela tienen una amplia tradición. Se dice que son danzas de guerra, por lo que habitualmente son danzadas por hombres. Los danzantes de Peranzanes bailan la mañana del 15 de agosto (a eso de las 11) en el campo del Santuario de la Virgen de Trascastro, patrona de los fornelos. El día 16 lo hacen por la tarde, mientras que el día 17, danzan en su pueblo, Peranzanes. En el caso de los danzantes de Chano es a la inversa. La danza de Peranzanes se compone de 8 o 12 bailarines y un tamboritero: 1º y 2º juez, cuatro “segundas”, cuatro “panzas”, dos “guías”, dos “chaconeros”, dos o tres “palilleros” y un tamborilero o “tamburiteiru”. Como decimos, tradicionalmente todos son hombres jóvenes, de entre 14 y 27 años. -
Recogida de castañas
La temporada de recogida de castañas tiene lugar entre los meses de octubre y noviembre. Antiguamente venían los “podadores”, profesionales que se dedicaban a limpiar los castaños desde la copa para asegurar que el árbol se mantuviera sano y no se dañase, por ejemplo, durante las fuertes nevadas que suelen caer en la zona. Hoy en día es menos frecuente ver a dichos podadores y hay otras problemáticas, como la avispilla del castaño, una especie invasora de insecto que pone sus huevos en las hojas y hace que los castaños enfermen y produzcan menos fruto. A diferencia de lo que ocurre en nuestros días, antes no hacía falta limpiar la base de los castaños entre septiembre y octubre para facilitar la recogida de la castaña, ya que había más ganado en los pueblos y era habitual que pastase bajo los castaños, haciendo la doble función de alimentarse y limpieza. Era también una forma de prevención de incendios. Aún hoy hay individuos de la comunidad que varean sus castaños para facilitar la recogida, pero hace alguna década, algún profesional recorría la zona para “sacudir o varexar las castañas” con una vara larga, “de sacudir”, al igual que el “podador”, desde la copa del árbol. Era una técnica similar a la técnica utilizada con los olivos. -
Romería de Trascastro
La Romería de Trascastro es, posiblemente, la celebración más importante que tiene lugar en el Valle de Fornela, puesto que se rinde culto a la Virgen de Trascastro, patrona de los fornelos. La danza es la principal protagonista de toda la festividad, puesto que en ella se concentran tres danzas de las cuatro que permanecen vivas en el valle. Éstas son las de Peranzanes, Chano y Trascastro. Se sigue un riguroso orden de danzas, con lo que el día 15 de agosto danza Peranzanes por la mañana y Chano por la tarde, mientras que este orden se invierte el día 16, en el que Chano es el primero en danzar y Peranzanes lo hace por la tarde. El día 17 es el turno de Trascastro, que danza todo el día en su pueblo, por la mañana en la campa del Santuario y por la tarde en la plaza del pueblo. Hay procesión, en la que cuatro mozas de Trascastro dan una vuelta al Santuario con la imagen. Como es típico en este tipo de festividades, por la noche tiene lugar una verbena en la que mayores y jóvenes se divierten hasta altas horas de la madrugada. Cabe mencionar que los días de fiesta en Trascastro, también se celebra en Peranzanes y Chano, con lo que cada uno forma su verbena en sus respectivas localidades. Esto es así desde hace unos años, ya que anteriormente estas verbenas tenían lugar en Trascastro, eran aportadas por Chano y Peranzanes, de manera que en el pueblo de Trascastro se juntaban con tres grupos amenizando las noches de fiesta. -
Mallar
Como las eras normalmente son de propiedad colectiva, las medas permanecen hechas hasta que llegue el turno del dueño de esa parte de la era. Cuando llega la vez, se deshace la meda y se extiende la paja para, por fin, mallar el pan. Hasta hace unas décadas se hacía manualmente, usando el malle, un instrumento específico para el desempeño de esta tarea. El acto de mallar el pan consiste en la colocación en paralelo de dos filas de campesinos, llegando a ser un grupo de seis u ocho personas que giran el malle de forma sincronizada para golpear la paja y separarla del grano. Ninguno de los dos productos resultantes se desaprovechaba, ya que la paja se utilizaba para teitar o hacer arreglos en las techumbres de las casas de teito, mientras que el grano se molía para hacer pan. El paso previo y posterior a la malla solía ser el barrido de la era, de lo cual se encargaban normalmente las mujeres. Esto se hacía con el fin de facilitar la recogida posterior del grano. En algunas localidades se extendía abono en la era para facilitar el proceso, aunque lo normal era que el suelo de las eras estuviese empedrado con pizarras por este mismo motivo. Posteriormente, antes de la desaparición del cultivo de cereal en la zona, el proceso de mallar dejó de ser puramente manual y pasó a hacerse con una máquina llamada “malladora” y más recientemente, “cosechadora”. -
Burón fornelo
Se conoce al burón fornelo como la jerga de uso comercial propia del Valle de Fornela, tierra de albarderos y vendedores ambulantes. Según cuenta Alejandro Álvarez López en su libro “El Burón. La jerga de los vendedores ambulantes de Forniella” (2005), el Valle de Fornela cuenta con un elemento diferenciador de comarcas y valles vecinos del Bierzo: el gran número de albarderos” y “vendedores ambulantes” que existían en el valle desde el siglo XVIII y que hoy ya sólo viven en el recuerdo de aquéllos últimos que recorrieron gran parte del país comerciando por los pueblos y caminos. El Valle de Fornela se encuentra en un enclave privilegiado, rodeado de montañas. Pero son éstas las que encierran a sus habitantes en el valle. De manera que los fornelos se abrieron paso con tres caminos que siguen tres rumbos distintos: dirección a Asturias, por el puerto del Trayetu (Trayecto), hacia la comarca asturiana de Ibias y pueblos lucenses por el puerto de Cienfuegos, y siguiendo el curso del río Cúa hacia Fabero y Ponferrada, la única vía aún transitable, asfaltada y por la que podemos acceder a este valle de tradición comerciante y danzante. Pero, ¿qué comerciaban exactamente los fornelos? No hay una sola respuesta a esta pregunta, ya que, al igual que pasa hoy en día, los tiempos van cambiando y el estilo de vida también. -
Bollo escaldón
El bollo escaldón es un pan dulce típico del Valle de Fornela cuya fecha habitual de cocinado es el período navideño. Su elaboración consiste en amasar la mezcla de harina y agua, como si fuésemos a hacer pan y, a continuación, se calienta hasta que esté engolado, esto es, cocido, pero con la miga un poco suelta, no tan apretada como si de una hogaza de pan e tratase. Una vez que lo encontremos engolado se coloca en una pota o recipiente y se le echa algo de manteca de cerdo. A continuación, se coge la bolla y se esmiga a trocines, para luego ponerla de nuevo a fuego lento. Según se va cociendo, poco a poco, se va añadiendo azúcar. Existen también variaciones que se elaboran a partir de la miga de pan ya cocinado. Se trata, en definitiva, de una hogaza dulce que se cuece en una piedra a la lumbre. Era un plato que se hacía porque “era lo que había”, según los expertos en este plato. Actualmente se cocina por su larga tradición y el sentimiento de identidad de que evoca a los miembros de la comunidad portadora. -
Danza de Trascastro
Las danzas de Fornela tienen una amplia tradición. Se dice que son danzas de guerra, por lo que habitualmente son danzadas por hombres. Antiguamente se danzaba en septiembre, el día de Santa Eufemia, pero debido a la gran afluencia de público en el mes de agosto y la escasa en el de septiembre, se decidió que se aprovecharía la Romería de Trascastro y, a partir de entonces, se danza el 17 de agosto, tras los días 15 y 16, que es cuando danzan en Trascastro, por tradición y derecho, los pueblos de Peranzanes y Chano. Así pues, por la mañana se danza en el Santuario de Trascastro y por la tarde, en la plaza del pueblo, previa autorización del alcalde. -
Danza de Guímara
Las danzas de Fornela tienen una amplia tradición. Se dice que son danzas de guerra, por lo que habitualmente son danzadas por hombres. Concretamente, la danza de Guímara tiene lugar durante la fiesta popular de esta localidad del Valle de Fornela, en la que se celebra San Bartolo (24 de agosto) y tiene una duración de alrededor de cuatro días. Así pues, la organización de la danza se pone de acuerdo con la comisión de fiestas para concretar horarios y días de danza. Es conveniente destacar que ésta fue una danza recuperada tras varias décadas sin celebrarse. Antiguamente se danzaba en Trascastro, durante la festividad en la que danzantes de Peranzanes y Chano danzan en el Santuario de la Virgen de Trascastro.











