Candín

  • Siembra de las patatas

    La patata ha supuesto, durante muchos siglos, el alimento principal de muchos lugares alrededor del mundo. También de la zona de la Reserva de la Biosfera de Los Ancares Leoneses siendo, junto con la castaña, los productos gastronómicos estrella, dada su abundante producción. En el caso de la patata o pataca, como aquí se le llama a este tubérculo, su producción es anual, siendo imprescindible su siembra año tras año. El proceso comienza en primavera, entre la segunda quincena de mayo y principios de junio, dependiendo de cómo venga el tiempo ese año. Si viene muy lluvioso o más bien seco, lo que permite labrar con más comodidad la tierra.
  • Pesca con nasa

    Comenzaremos por explicar qué es una “nasa”. Se trata de una especie de cesta con una forma muy similar a la de un ánfora. Se construye de manera artesanal con unas ramas muy finas de “salgueiro” (salguero). Se hace manualmente mediante un proceso muy parecido al de fabricación de cestas. Precisamente se hace con ramas de salgueiro porque son los árboles que crecen cerca de los ríos, de manera que el color de la nasa es muy parecido al de la maleza de las orillas. Así, la posible pesca se confunde, o no desconfía y huye. Se suele pescar en los ríos y arroyos, normalmente en balsas de agua creadas con banzaos o valladas, usualmente construidas con vigas de madera y ramas. Su uso está pensado para regadío del pasto de los prados. La diferencia entre banzao y vallada es que el banzao es más profundo que la vallada. Para pescar las ricas truchas del río Ancares, colocaríamos la boca de la nasa a favor de corriente, ya que las truchas suelen nadar a contracorriente. Así es más sencillo que caigan en la trampa cuando el pescador “furgue en ellas” o las “escaxigue” (molestarlas con un palo largo para sacarlas de su zona de confort) desde otra parte más inferior del río. Si consiguen molestarlas, tienden a escapar a contracorriente, hacia partes más altas del río, buscando incluso recovecos oscuros, como el de la propia nasa, que espera paciente con la boca abierta, anclada al río con ramas y piedras.
  • Mallar

    Como las eras normalmente son de propiedad colectiva, las medas permanecen hechas hasta que llegue el turno del dueño de esa parte de la era. Cuando llega la vez, se deshace la meda y se extiende la paja para, por fin, mallar el pan. Hasta hace unas décadas se hacía manualmente, usando el malle, un instrumento específico para el desempeño de esta tarea. El acto de mallar el pan consiste en la colocación en paralelo de dos filas de campesinos, llegando a ser un grupo de seis u ocho personas que giran el malle de forma sincronizada para golpear la paja y separarla del grano. Ninguno de los dos productos resultantes se desaprovechaba, ya que la paja se utilizaba para teitar o hacer arreglos en las techumbres de las casas de teito, mientras que el grano se molía para hacer pan. El paso previo y posterior a la malla solía ser el barrido de la era, de lo cual se encargaban normalmente las mujeres. Esto se hacía con el fin de facilitar la recogida posterior del grano. En algunas localidades se extendía abono en la era para facilitar el proceso, aunque lo normal era que el suelo de las eras estuviese empedrado con pizarras por este mismo motivo. Posteriormente, antes de la desaparición del cultivo de cereal en la zona, el proceso de mallar dejó de ser puramente manual y pasó a hacerse con una máquina llamada “malladora” y más recientemente, “cosechadora”.
  • Magosto

    Es una celebración, a veces espontánea y a veces organizada, que tiene lugar en los meses de otoño, durante la temporada de recogida de castañas. Se trata de un evento similar al de un filandón, cuyo protagonista principal es la castaña asada. Es una reunión nocturna entre diferentes individuos de la comunidad cuya finalidad es la de socializar. Normalmente se hace alrededor de una hoguera en la que hay un “tambor”, un recipiente cilíndrico con agujeros dentro del cual hay castañas que se van tostando en las llamas.
  • Limosna a los difuntos

    Antiguamente no existían las empresas funerarias, de manera que los velatorios tenían lugar en la casa doliente. Esta costumbre se ha mantenido a lo largo de los años en las zonas rurales, hasta hace unas tres décadas, aproximadamente. Esta costumbre consistía en velar al fallecido desde que moría hasta su entierro. También por las noches acudían las mujeres a rezar el rosario y acompañar a la familia en las duras horas previas al entierro. Ahora, en cambio, se reza el rosario en la puerta del difunto el día previo al funeral. En los pueblos del Valle de Ancares, como en muchos otros lugares, era común que la familia del difunto recibiese una limosna por parte de los vecinos del pueblo, sin importar su relación, si se llevaban bien o no. Siempre se daba una pequeña cantidad de dinero a los familiares del fallecido. En Pereda esta costumbre sigue viva. Se da con mucha menos frecuencia, pero es la única localidad en la que se ha documentado que se continúe con esta costumbre. Ahora se da una cantidad simbólica, normalmente un euro, unos días después del entierro, como se recuerda que se hacía antaño.
  • Ancares

    Geográficamente el río Ancares nace en las faldas del pico Cuiña, en el conocido como pozo Ferreira. Desemboca en el río Cúa, que nace en el valle vecino de Fornela y se funde con el Ancares aproximadamente a la altura de la localidad de Espanillo (municipio de Arganza). Es por esto que el Diccionario de Madoz dice de “Ancares” que “tiene su origen en el valle del mismo nombre en un lago formado por varios manantiales que nacen en el monte titulado Campanario de Ferreira al E. del alto de Pico de Orrio, que por aquella parte divide la provincia de León de la de Lugo; sigue su curso de O. a S. atravesando dicho valle hasta el sitio que llaman Cruz de Villar, en cuyo punto varía de dirección, y marcha de E. a S. por entre una cordillera de montes hasta los Puliñeiros en donde desemboca en el Cúa y pierde su nombre. Desde su nacimiento deja a la izquierda los pueblos de Tejedo, Suertes, Espinareda, Villasumil y Lumeras; y a la derecha los de Pereda, Candín, Sorbeira, Villarbón, La Bustarga, San Martín de Moreda y San Pedro de Olleros […]”
  • Teito ancarés

    El oficio de teitador se mantiene de forma eventual en Ancares para el cuidado de las pallozas, construcciones con cubierta vegetal. Por eso es difícil encontrar personas que sepan hacer esta labor artesana de mantenimiento, cuidado y fabricación del teito que cubre estas construcciones. Una palloza, o casa de teito, como aquí se llaman, son construcciones ovaladas o circulares de piedra, de unos 20 metros de diámetro, donde convivían personas y animales para aprovechar el calor. La estructura base del teito está formada por vigas, tijeras, cangos y ripias. Las vigas se sostienen sobre unos postes llamados tentemozos, de manera que, si por algún motivo, se cae un trozo de pared, el teito se mantendría intacto.
  • Ganadería Extensiva

    La ganadería es un medio de subsistencia habitual en nuestros pueblos. Hasta hace poco menos de tres décadas era frecuente que cada vecino tuviese sus propios animales en casa y se abasteciera de su carne y su leche. Hoy en día la tendencia ha cambiado y, si hay ganado en nuestros pueblos, es gracias a que alguno de los vecinos se dedica a ello profesionalmente. Tiene más cabezas de ganado que antes y vende la carne de sus animales a intermediarios. Se trata pues, del modelo de ganadería extensiva. Cabe destacar que el animal más común en la ganadería de esta zona es la vaca, si bien es frecuente criar caballos, ovejas, cabras o cerdos, aunque en menos cantidad. Un año normal en el proceso ganadero es, durante el invierno, tener a los animales en prados cerca de casa, alrededor del pueblo, donde es más sencillo echarles de comer piensos y heno, puesto que la crudeza de los inviernos (nieve y heladas) no permite el pasto. Antiguamente, al tener pocos animales, lo habitual era que éstos permaneciesen en las cuadras, a menudo en la planta baja de las casas de los dueños.
  • Pandereta

    Desde la Antigüedad, instrumentos de percusión como la pandereta han sido los protagonistas de las fiestas de los países atlánticos y mediterráneos, con gran popularidad en la música celta. La pandeira es el instrumento básico en toda fiesta o fiendeiro (filandón) del Noroeste español. Sus dimensiones suelen ser de unos 20 cm de diámetro y 5 cm de alto. En el caso del Valle de Ancares, éstas tienen forma redonda, con unos 40-50 cm de diámetro y entre 8 y 12 cm de alto. Siempre llevan, en el aro, unas ferreñas o sonajas que acompañan los golpes rítmicos de los diferentes toques. Afortunadamente, en los pueblos de la Reserva de la Biosfera de Los Ancares Leoneses, la costumbre de tocar la pandeira nunca desapareció totalmente, gracias, en parte a los numerosos recopiladores que recorren las aldeas en busca de pandereteiras. Y decimos pandereteiras porque el uso de este instrumento se mantuvo, principalmente, en manos femeninas. El estilo de tocar y la característica principal de esta zona de la provincia de León no se separa mucho de formas de otras pandereteras y de otras formas de tocar de otras comarcas siendo común y que en la misma panderetera o en la misma zona se manifiesten formas de tocar tanto a una mano como a dos manos.
  • Juego del carricoche

    Se trata de un juego muy popular entre los niños de Pereda. Aunque se ha perdido hace varias décadas, sigue muy presente en la memoria de aquéllos niños que se tiraban por las pistas con sus carricoches. Los niños de Pereda iban a resbiler con su carricoche por las pistas que ellos mismos fabricaban y mantenían. Éstas, de entre 50 y 60 cm de ancho, se situaban en la parte alta del pueblo, en una montaña con una fuerte pendiente, entre los lugares conocidos como “Camín da Braña” y “El Rigueiro”. Se recuerdan cinco pistas, cada una con su nombre: A de Augusto, a de Albertina, a de Eiría, a dos gitanos y a das formigas. Para resbiler los propios niños fabricaban, con madera, una especie de trineo cuya base era de madera de rebolo (roble) o castañeiro (castaño). Se escogía esta madera porque, además de ser la que más abunda en el Valle de Ancares, es la que criaba freba. Se le llamaba así cuando la base del carricoche se ponía muy lisa e incluso rojiza, recordando a lo que en la zona se denomina freba (carne de jamón). Cabe destacar que se iba a resbiler por las pistas cuando no había nieve. En ocasiones también se resbileba cuando había nieve, pero ésta tenía que estar muy pisada y dura, porque sino no se podía resbalar. De todos modos, lo habitual era tirarse por las pistas cuando no las cubría la nieve.
  • Poncho de palla

    Habitualmente fabricada con junco o xunco (un vegetal que escurre muy bien el agua), se trata de una prenda que, antiguamente, utilizaban los pastores que debían salir a sacar el ganado en épocas lluviosas. Está fabricado con juncos o xuncos de manera artesanal, con un método de trenzado muy laborioso y cuya función es similar a la del teito en las pallozas: evitar que entre el agua, de manera que la persona que lo ponía se podía mover con las manos libres y no se mojaba bajo la lluvia. Normalmente no se hacía a medida, de manera que dependiendo de la persona, le podía quedar más largo o más corto. Existía la posibilidad de que fuese de una pieza, desde los hombros hasta los pies, o en dos piezas, una parte de arriba a modo de chaleco largo que llegaba a los pies o media pierna y otra más corta, a modo poncho, que se colocaba por encima de la pieza anterior y favorecía que el agua resbalase. Se le podía añadir un sombrero para evitar mojarse la cabeza, o unas polainas para proteger también los pies. Actualmente se usa a modo de exhibición más que de uso real como tenía hace décadas.
  • Adiós Valle de Ancares (canción tradicional)

    Canción típica del Valle de Ancares, cuya letra es: Adiós Valle de Ancares, adiós te digo. Adiós árboles verdes de junto al río la vi llorando. La vi llorando y dije: ¿por quién suspiras? Tengo el amor ausente y estoy llorando la despedida. La despedida es corta, la ausencia, larga. Quiero que te diviertas y no me olvides, prenda del alma.
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