Candín
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Muñeira de Balouta
Se trata de una danza popular extendida en Galicia y alrededores, cuyo origen se desconoce, aunque se cree que procede de los celtas. En Balouta existe una variante de muñeira que la hace única y ha sido transmitida de generación en generación, llegando muy viva hasta nuestros días. Aunque en origen se cree que era un baile habitual entre las mujeres, este sesgo ha desaparecido. También en Balouta, donde la danzan tanto hombres como mujeres, y de cualquier edad. Cualquier momento es bueno para bailar. Así, las gentes de Balouta aprovechan todas las oportunidades que se presentan, como las fiestas del pueblo o cuando algún acordeonista o gaiteiro acude a Balouta a tocar. -
Recogida de castañas
La temporada de recogida de castañas tiene lugar entre los meses de octubre y noviembre. Antiguamente venían los “podadores”, profesionales que se dedicaban a limpiar los castaños desde la copa para asegurar que el árbol se mantuviera sano y no se dañase, por ejemplo, durante las fuertes nevadas que suelen caer en la zona. Hoy en día es menos frecuente ver a dichos podadores y hay otras problemáticas, como la avispilla del castaño, una especie invasora de insecto que pone sus huevos en las hojas y hace que los castaños enfermen y produzcan menos fruto. A diferencia de lo que ocurre en nuestros días, antes no hacía falta limpiar la base de los castaños entre septiembre y octubre para facilitar la recogida de la castaña, ya que había más ganado en los pueblos y era habitual que pastase bajo los castaños, haciendo la doble función de alimentarse y limpieza. Era también una forma de prevención de incendios. Aún hoy hay individuos de la comunidad que varean sus castaños para facilitar la recogida, pero hace alguna década, algún profesional recorría la zona para “sacudir o varexar las castañas” con una vara larga, “de sacudir”, al igual que el “podador”, desde la copa del árbol. Era una técnica similar a la técnica utilizada con los olivos. -
Limosna a los difuntos
Antiguamente no existían las empresas funerarias, de manera que los velatorios tenían lugar en la casa doliente. Esta costumbre se ha mantenido a lo largo de los años en las zonas rurales, hasta hace unas tres décadas, aproximadamente. Esta costumbre consistía en velar al fallecido desde que moría hasta su entierro. También por las noches acudían las mujeres a rezar el rosario y acompañar a la familia en las duras horas previas al entierro. Ahora, en cambio, se reza el rosario en la puerta del difunto el día previo al funeral. En los pueblos del Valle de Ancares, como en muchos otros lugares, era común que la familia del difunto recibiese una limosna por parte de los vecinos del pueblo, sin importar su relación, si se llevaban bien o no. Siempre se daba una pequeña cantidad de dinero a los familiares del fallecido. En Pereda esta costumbre sigue viva. Se da con mucha menos frecuencia, pero es la única localidad en la que se ha documentado que se continúe con esta costumbre. Ahora se da una cantidad simbólica, normalmente un euro, unos días después del entierro, como se recuerda que se hacía antaño. -
Mallar
Como las eras normalmente son de propiedad colectiva, las medas permanecen hechas hasta que llegue el turno del dueño de esa parte de la era. Cuando llega la vez, se deshace la meda y se extiende la paja para, por fin, mallar el pan. Hasta hace unas décadas se hacía manualmente, usando el malle, un instrumento específico para el desempeño de esta tarea. El acto de mallar el pan consiste en la colocación en paralelo de dos filas de campesinos, llegando a ser un grupo de seis u ocho personas que giran el malle de forma sincronizada para golpear la paja y separarla del grano. Ninguno de los dos productos resultantes se desaprovechaba, ya que la paja se utilizaba para teitar o hacer arreglos en las techumbres de las casas de teito, mientras que el grano se molía para hacer pan. El paso previo y posterior a la malla solía ser el barrido de la era, de lo cual se encargaban normalmente las mujeres. Esto se hacía con el fin de facilitar la recogida posterior del grano. En algunas localidades se extendía abono en la era para facilitar el proceso, aunque lo normal era que el suelo de las eras estuviese empedrado con pizarras por este mismo motivo. Posteriormente, antes de la desaparición del cultivo de cereal en la zona, el proceso de mallar dejó de ser puramente manual y pasó a hacerse con una máquina llamada “malladora” y más recientemente, “cosechadora”. -
Poncho de palla
Habitualmente fabricada con junco o xunco (un vegetal que escurre muy bien el agua), se trata de una prenda que, antiguamente, utilizaban los pastores que debían salir a sacar el ganado en épocas lluviosas. Está fabricado con juncos o xuncos de manera artesanal, con un método de trenzado muy laborioso y cuya función es similar a la del teito en las pallozas: evitar que entre el agua, de manera que la persona que lo ponía se podía mover con las manos libres y no se mojaba bajo la lluvia. Normalmente no se hacía a medida, de manera que dependiendo de la persona, le podía quedar más largo o más corto. Existía la posibilidad de que fuese de una pieza, desde los hombros hasta los pies, o en dos piezas, una parte de arriba a modo de chaleco largo que llegaba a los pies o media pierna y otra más corta, a modo poncho, que se colocaba por encima de la pieza anterior y favorecía que el agua resbalase. Se le podía añadir un sombrero para evitar mojarse la cabeza, o unas polainas para proteger también los pies. Actualmente se usa a modo de exhibición más que de uso real como tenía hace décadas. -
Pandereta
Desde la Antigüedad, instrumentos de percusión como la pandereta han sido los protagonistas de las fiestas de los países atlánticos y mediterráneos, con gran popularidad en la música celta. La pandeira es el instrumento básico en toda fiesta o fiendeiro (filandón) del Noroeste español. Sus dimensiones suelen ser de unos 20 cm de diámetro y 5 cm de alto. En el caso del Valle de Ancares, éstas tienen forma redonda, con unos 40-50 cm de diámetro y entre 8 y 12 cm de alto. Siempre llevan, en el aro, unas ferreñas o sonajas que acompañan los golpes rítmicos de los diferentes toques. Afortunadamente, en los pueblos de la Reserva de la Biosfera de Los Ancares Leoneses, la costumbre de tocar la pandeira nunca desapareció totalmente, gracias, en parte a los numerosos recopiladores que recorren las aldeas en busca de pandereteiras. Y decimos pandereteiras porque el uso de este instrumento se mantuvo, principalmente, en manos femeninas. El estilo de tocar y la característica principal de esta zona de la provincia de León no se separa mucho de formas de otras pandereteras y de otras formas de tocar de otras comarcas siendo común y que en la misma panderetera o en la misma zona se manifiesten formas de tocar tanto a una mano como a dos manos. -
Pesca con nasa
Comenzaremos por explicar qué es una “nasa”. Se trata de una especie de cesta con una forma muy similar a la de un ánfora. Se construye de manera artesanal con unas ramas muy finas de “salgueiro” (salguero). Se hace manualmente mediante un proceso muy parecido al de fabricación de cestas. Precisamente se hace con ramas de salgueiro porque son los árboles que crecen cerca de los ríos, de manera que el color de la nasa es muy parecido al de la maleza de las orillas. Así, la posible pesca se confunde, o no desconfía y huye. Se suele pescar en los ríos y arroyos, normalmente en balsas de agua creadas con banzaos o valladas, usualmente construidas con vigas de madera y ramas. Su uso está pensado para regadío del pasto de los prados. La diferencia entre banzao y vallada es que el banzao es más profundo que la vallada. Para pescar las ricas truchas del río Ancares, colocaríamos la boca de la nasa a favor de corriente, ya que las truchas suelen nadar a contracorriente. Así es más sencillo que caigan en la trampa cuando el pescador “furgue en ellas” o las “escaxigue” (molestarlas con un palo largo para sacarlas de su zona de confort) desde otra parte más inferior del río. Si consiguen molestarlas, tienden a escapar a contracorriente, hacia partes más altas del río, buscando incluso recovecos oscuros, como el de la propia nasa, que espera paciente con la boca abierta, anclada al río con ramas y piedras. -
Oficio de artesanía de madera
Artesanos que trabajan la madera para fabricar elementos que tenían utilidad en la vida cotidiana, como galochas o madreñas, cucharas, herramientas de labranza o instrumentos musicales. Actualmente se fabrican más bien artículos de adorno para su exposición y venta al público en general. Se trata de creaciones únicas, puesto que todo está hecho a mano y cada creación tiene sus propios detalles. La madera utilizada para la fabricación de utensilios y adornos es recogida por los artesanos en la naturaleza, siempre desde su máximo respeto y teniendo en cuenta los tiempos tradicionales para su recogida. Se transmite de generación en generación, normalmente mediante educación no formal. Pero la falta de interés por parte de las generaciones siguientes y la baja densidad de población de las áreas rurales, que es donde suele tener lugar la actividad, dificulta su transmisión y su recreación constante. -
Siembra de las patatas
La patata ha supuesto, durante muchos siglos, el alimento principal de muchos lugares alrededor del mundo. También de la zona de la Reserva de la Biosfera de Los Ancares Leoneses siendo, junto con la castaña, los productos gastronómicos estrella, dada su abundante producción. En el caso de la patata o pataca, como aquí se le llama a este tubérculo, su producción es anual, siendo imprescindible su siembra año tras año. El proceso comienza en primavera, entre la segunda quincena de mayo y principios de junio, dependiendo de cómo venga el tiempo ese año. Si viene muy lluvioso o más bien seco, lo que permite labrar con más comodidad la tierra. -
Magosto
Es una celebración, a veces espontánea y a veces organizada, que tiene lugar en los meses de otoño, durante la temporada de recogida de castañas. Se trata de un evento similar al de un filandón, cuyo protagonista principal es la castaña asada. Es una reunión nocturna entre diferentes individuos de la comunidad cuya finalidad es la de socializar. Normalmente se hace alrededor de una hoguera en la que hay un “tambor”, un recipiente cilíndrico con agujeros dentro del cual hay castañas que se van tostando en las llamas. -
Juego del carricoche
Se trata de un juego muy popular entre los niños de Pereda. Aunque se ha perdido hace varias décadas, sigue muy presente en la memoria de aquéllos niños que se tiraban por las pistas con sus carricoches. Los niños de Pereda iban a resbiler con su carricoche por las pistas que ellos mismos fabricaban y mantenían. Éstas, de entre 50 y 60 cm de ancho, se situaban en la parte alta del pueblo, en una montaña con una fuerte pendiente, entre los lugares conocidos como “Camín da Braña” y “El Rigueiro”. Se recuerdan cinco pistas, cada una con su nombre: A de Augusto, a de Albertina, a de Eiría, a dos gitanos y a das formigas. Para resbiler los propios niños fabricaban, con madera, una especie de trineo cuya base era de madera de rebolo (roble) o castañeiro (castaño). Se escogía esta madera porque, además de ser la que más abunda en el Valle de Ancares, es la que criaba freba. Se le llamaba así cuando la base del carricoche se ponía muy lisa e incluso rojiza, recordando a lo que en la zona se denomina freba (carne de jamón). Cabe destacar que se iba a resbiler por las pistas cuando no había nieve. En ocasiones también se resbileba cuando había nieve, pero ésta tenía que estar muy pisada y dura, porque sino no se podía resbalar. De todos modos, lo habitual era tirarse por las pistas cuando no las cubría la nieve. -
Adiós Valle de Ancares (canción tradicional)
Canción típica del Valle de Ancares, cuya letra es: Adiós Valle de Ancares, adiós te digo. Adiós árboles verdes de junto al río la vi llorando. La vi llorando y dije: ¿por quién suspiras? Tengo el amor ausente y estoy llorando la despedida. La despedida es corta, la ausencia, larga. Quiero que te diviertas y no me olvides, prenda del alma.