Danza de Guímara

Ficha

1 - Provincia
2 - Municipio(s)
3 - Núcleo(s) de población
4 - Nombre del bien
Danza de Guímara
5 - Nombre que utiliza la comunidad interesada
La danza
8 - Descripción del ámbito(s) del patrimonio cultural inmaterial
Artes del espectáculo, usos sociales, rituales y actos festivos, y
manifestaciones sonoras, música y danza tradicionales porque se
trata de una festividad cuya protagonista indiscutible es la danza.
Formas de socialización colectiva y organizaciones, puesto que se
trata del componente principal de la fiesta de un valle, con lo que
en este tipo de celebraciones, va implícita la socialización entre los
miembros de la comunidad y las organizaciones.
9 - Comunidades interesadas
Gentes de Guímara
10 - Emplazamiento o distribución geográfica
Localidad de Guímara
11 - Frecuencia de manifestación
Anual, en torno al día de San Bartolo (24 de agosto)
12 - Descripción del bien
Las danzas de Fornela tienen una amplia tradición. Se dice que son
danzas de guerra, por lo que habitualmente son danzadas por
hombres.
Concretamente, la danza de Guímara tiene lugar durante la fiesta
popular de esta localidad del Valle de Fornela, en la que se celebra
San Bartolo (24 de agosto) y tiene una duración de alrededor de
cuatro días. Así pues, la organización de la danza se pone de
acuerdo con la comisión de fiestas para concretar horarios y días de
danza.
Es conveniente destacar que ésta fue una danza recuperada tras
varias décadas sin celebrarse. Antiguamente se danzaba en
Trascastro, durante la festividad en la que danzantes de Peranzanes
y Chano danzan en el Santuario de la Virgen de Trascastro.
Como en el resto de los pueblos del Valle de Furniella, durante la
Guerra Civil, la danza se interrumpirá volviendo de nuevo en 1942 y
logrando mantenerse una década más.
Guímara sufrió más que ningún otro pueblo del valle las
consecuencias de la guerra y, entre eso, y el incipiente éxodo de la
población hacia las ciudades y al extranjero hicieron cada vez más
difícil reunir a los mozos suficientes para montar la danza.
A inicios de los 50, acudirán a danzar al Santuario de la Virgen de la
Encina, siendo la primera danza del valle en realizar la salida. Los
gastos no reembolsables de esta aventura serán el golpe final para
que la danza deje de hacerse durante tres décadas.
No se volverá a danzar hasta el año 1984. En esta recuperación fue
decisivo el esfuerzo del pueblo, que pusieron todo su empeño en
recuperar su tradición, así como el apoyo del por entonces párroco
del Santuario. El primer año se hizo exclusivamente de hombres,
incorporándose la mujer en los posteriores años, manteniendo el criterio de hacerlas siempre mixtas hasta la actualidad. De hecho, se
trata de mantener igualdad de género en el número de danzantes,
con lo que bailan seis hombres y seis mujeres.
Por otro lado, la danza se compone de 12 danzantes, cuyas figuras
y posiciones se rigen por la veteranía. Así la danza se compone de
4 “guías”, divididos en “juez de primera” y “juez de segunda”, más
los 2 guías restantes, 4 “segundas” y 4 “panzas”, a los que hay que
añadir dos “palilleros”, dos “chaconeros”, dos “aguadores” y un
“tamboriteiru”. A inicios de los años 80, fue Narciso García
Fernández (1984-2011) quien asumió el compromiso de aprender
a tocar para la Danza.
El 24 de agosto, San Bartolo, los danzantes se reúnen con el
tamboriteiru en torno a la iglesia y, danzando, van a buscar el cura
al puente de la entrada del pueblo, para volver de nuevo en su
compañía a la iglesia. Seguidamente se hace procesión y la misa, al
salir de esta se hace la danza en la plaza.
El proceso habitual de la danza es el siguiente: por la mañana
entran a la iglesia y hacen cuatro venias. Después se hace la
procesión y la danza va acompañándola. Una vez que la procesión
llega a la iglesia, antes de comenzar la misa, los danzantes entran de
nuevo a la iglesia a hacer cuatro venias y esperan a que termine la
misa. Antes de salir, hacen cuatro venias más al Santo para
despedirlo.
A continuación se danza en la plaza del pueblo. Se danza dos veces
al día, por la mañana y por la tarde.
La danza se compone de dos tiempos, el “normal”, que es
danzando con las castañuelas (cuando se hacen los careos y la
torre), y cuando y la danza con los palillos, que se tiran hacia atrás al
terminar la danza, de manera que son los “palilleros” y los niños los
que recogen los palillos, simbolizando la recogida del testigo de la
danza. Durante la mayor parte de la ejecución de la danza, a
excepción de la parte de los palos, los cuatro puntas de la formación
portan también una bandera cada uno, roja la de los dos guías,
rosa-naranja la del juez primero y marrón claro la del juez segunda.
El hecho de que las mujeres puedan danzar desde 1985, amplió las
posibilidades de desarrollo de la danza y creó una sólida y
abundante cantera de danzantes que permiten la rotación y cambio
de danzantes en las danzas del mismo año.
Sin embargo, no solo aumentó la cantera, si no que aumentó la
pasión de los jóvenes.
En el año 2010 hasta el 2017, un grupo de
niños guimareses con ganas de ser danzantes forman “la danza de
los niños”. Al principio danzaban el último día de las fiestas por la
noche, más adelante les permitieron danzar por las mañanas antes
de la tradicional comida del pueblo (sin cambiar el horario de la
danza original del pueblo).
La danza es un sentimiento. Muchas familias del pueblo tienen
varias generaciones de danzantes, no por cuestión de religión, fe, o
afán de protagonismo, sino por devoción por su tierra y antepasados.
En cuanto a la vestimenta, ha sido confeccionada en Guímara, por
las gentes del pueblo y desde cero, partiendo de alguna idea de los
mayores que, en su momento, recordaban de la antigua
celebración. Así pues, los hombres visten con camisa blanca de manga larga, chaleco, corbata, pantalón y zapatos oscuros. El
sombrero americano es oscuro, con una cinta o “colonia” acorde al
color de la banda que llevan, que es azul o rosa claro, dependiendo
del estatus que el danzante ocupe dentro de la organización. Así, los
“jueces” y los “guías” la llevan de color azul, mientras que el resto
de los danzantes y los “chaconeros” la llevan de color rosa claro.
Las mujeres visten con camisa blanca de manga larga, medias largas
blancas, sujetas por ligas o pololos, chaleco, corbata, falda y zapatos
oscuros, así como un lazo oscuro que recogen bajo el chaleco. En
cuanto al sombrero y las “colonias”, son exactamente iguales que
las de los hombres.
13 - Es un uso, representación, conocimiento o técnica
14 - Es un instrumento, objeto, artefacto o espacio cultural asociado
15 - Es reconocido por la comunidad como parte de su patrimonio cultural
16 - Es reconocido por la comunidad como parte de su identidad cultural
17 - Es transmitido de generación en generación
18 - Es recreado constantemente
19 - Infunde sentimiento de identidad y continuidad
20 - Es compatible con instrumentos de derechos humanos
21 - Es compatible con el respeto mutuo entre comunidades
22 - Es compatible con el desarrollo sostenible
23 - Función social y significado actual
La danza de Guímara tiene una gran importancia social dentro de la
comunidad portadora, ya que es un claro símbolo de identidad, de
pertenencia a la comunidad.
Por este mismo motivo tiene una gran función cultural.
24 - Función económica
La función económica es, principalmente, turística. Las danzas de
Fornela en general son de sobra conocidas y son muchas las gentes
que acuden a verlas en directo por su espectacularidad y fama, lo
cual repercute en beneficios para los establecimientos de la zona.
Sin embargo, existe otra función económica a la que no solemos
prestar atención, pero no por ello deja de ser importante. Se trata
de la enseñanza a danzar. El hecho de enseñar a una persona la
danza de su pueblo no tiene precio. Es una transmisión muy valiosa
generación tras generación que no se consigue de ninguna otra
manera más que desde dentro de la comunidad.
25 - Roles específicos (género, categorías de personas, otros)
La danza “se forma a sí misma”, es decir, son los mismos danzantes
los que se organizan entre ellos para danzar. Suelen ser los jueces
los que se encargan de las tareas de más responsabilidad, pero la
organización se lleva al margen de cualquier ente como puede ser la
Junta Vecinal de Guímara o la comisión de fiestas.
Por la danza van pasando la mayoría de los mozos y mozas del
pueblo, incorporándose a ella a los 16 años aproximadamente.
Entre los danzantes existía una marcada jerarquía definida por la
veteranía.
Los más veteranos son los llamados “guías”, son 4 y entre
ellos hay uno, el juez de primera, jefe indiscutible de la danza,
generalmente el más veterano. Le sigue el juez de segunda y los
otros dos guías. Después está el grupo de los 4 “segundas” que
suelen ser también veteranos pero con menos experiencia, y por
último los “panzas”, estos también en número 4, generalmente los
danzantes más jóvenes o menos experimentados, con los años, irán
ascendiendo en posición según vayan ganando experiencia.
En la actualidad la estructura de la danza no está tan jerarquizada y
aunque los puestos siguen definiéndose según la experiencia,
también se tienen muy en cuenta las dotes para el baile.
Acompañando siempre a los 12 danzantes están los dos
“chaconeros” cuya misión es la de velar porque nadie entorpezca el
buen desarrollo de la danza. También son los encargados de pasar
el sombrero recaudando entre los asistentes el dinero con que
antiguamente se hacía frente a los gastos de la fiesta. Esta colecta
suele realizarse durante el descanso que procede a la parte de los
palos.
Las personas que hacían de chaconeros eran por lo general
exdanzantes, profundos conocedores de la danza.
El tamboriteiru es el músico profesional que toca para la danza y
para eso se ayuda de dos instrumentos: la xipra y el tambor.
Hasta bien entrado el siglo XX, el tamboriteiru era contratado de
algún pueblo cercano, venía y se quedaba unos días antes de la
fiesta para realizar los ensayos, se quedaba en el pueblo hasta la
fiesta y era también, el encargado de amenizar el baile de la fiesta.
Pero para esta función fue yendo sustituto, poco a poco, por
gaiteiros y acordeonistas, y más recientemente por pequeñas orquestas de dos o tres números.
Los “palilleros” son dos, encargados de colocar los palillos al lado de
los danzantes y los recogen cuando son lanzados, ayudados por los
más pequeños del pueblo.
Los “aguadores” también son dos, y sirven agua o vino a los
danzantes antes de comenzar la parte de los palillos.
27 - Descripción de las lenguas empleadas
No se utilizan lenguajes, sólo se oye la música del tambor, la xipra y
las castañuelas. Debería de haber silencio mientras las danzas se
están produciendo.
Sin embargo, la fala fornela recuerda al leonés, pero sobre todo al
asturiano, dada su cercanía.
28 - Elementos materiales relacionados con la manifestación o transmisión del bien
Trajes tradicionales, castañuelas, tambor y xipra.
Iglesia de San Bartolo, en Guímara, como lugar de culto
protagonista de la celebración.
Diferentes puntos de la localidad de Guímara por los que van
pasando los danzantes, y la plaza del pueblo como lugar importante
en el que se danza.
29 - Bienes inmateriales relacionados
30 - Bienes inmateriales externos relacionados
Música interpretada por el tamboritero y el “sentir la danza”.
31 - Descripción sobre los bienes inmateriales relacionados
Las danzas de Peranzanes, Chano y Trascastro por ser las otras tres
danzas vivas del Valle de Fornela.
La música interpretada por el tamboritero, ya que sin ella la danza
no tendría sentido.
El “sentir la danza” es un sentimiento recurrente en todas las
danzas del valle. Es un sentimiento de pertenencia e identidad que
los miembros de la comunidad no pueden expresar con palabras.
32 - Usos consuetudinarios de acceso al bien
Al recuperarse la danza, en los años 80, se permitió que las mujeres
danzasen, dada la falta de hombres para danzar. Hoy en día se ha
normalizado que las mujeres dancen en Guímara. De hecho, tienen prendas de vestir para danzar hechas para ellas, como los leotardos
y la falda.
34 - Descripción de la forma de transmisión
Educación no formal, transmisión de generación en generación. Se
trata de involucrar y motivar a los más pequeños para que cojan
interés en las danzas y que de jóvenes sean danzantes que, a su vez,
involucren de la misma forma a las generaciones venideras.
La manera de transmitir, además de enseñar la danza a los más
jóvenes es enseñarles la cultura de la danza y la necesidad de
preservación y protección para paliar su pérdida.
En el caso de la danza de Guímara, que fue recuperada tras unas
décadas sin celebrarse, se llevó a cabo una labor de investigación y
documentación para recrear la danza lo más fielmente posible a
cómo los mayores de la época recordaban. Sólo entonces se llevó a
cabo una exitosa revitalización de la danza de Guímara.
35 - Organizaciones pertinentes participantes (comunitarias, ONG, etc.)
Ayuntamiento de Peranzanes y la organización de danzantes de
Guímara.
36 - Amenazas al bien
37 - Viabilidad de otros elementos del patrimonio inmaterial asociados con el bien
Las danzas de Trascastro, Chano y Peranzanes corren una viabilidad
alta, aunque es cierto que cada año cuesta más que salgan
danzantes voluntarios a danzar. Aún así es tal el espectáculo que
parece que las danzas de Fornela se seguirán celebrando. El hecho de “sentir la danza” no es un sentimiento o elemento inmaterial que peligre, puesto que existe un arraigo muy fuerte, por
parte de niños y jóvenes, en cuanto a esta danza.
38 - Necesidad de aplicar medidas de salvaguardia
No
41 - Descripción del tipo de medidas de salvaguardia implementadas y a implementar
En la danza de Guímara en concreto no ha sido necesaria la implementación de medidas de salvaguardia.
42 - Plan de salvaguardia
No existe
50 - Descripción de la participación comunitaria
A través de conversaciones informales con el entrevistador y mediante la aportación de documentos gráficos que ilustran este bien inmaterial.
51 - Respeto de los usos consuetudinarios en la confección del inventario
Se ha hablado con personas de diversas edades respecto a la danza
de Guímara. La sensación transmitida es de ilusión y arraigo por
parte de la juventud, dispuesta a ofrecer toda la información de la
que disponen.
Por su parte, las generaciones que participaron activamente en la
recuperación y revitalización de la danza (organizando o danzando)
sienten orgullo de haberlo hecho y de ver que las generaciones más
jóvenes “sienten la danza”, una expresión muy recurrente entre los
miembros de la comunidad.
52 - Datos de contacto de los representantes comunitarios
Ayuntamiento de Peranzanes: 987 56 50 82
54 - Descripción del impacto sobre el desarrollo social, económico y sostenible
En cuanto al impacto en la igualdad de género, es plausible, puesto
que desde su revitalización se ha aceptado que las mujeres dancen,
pudiendo adquirir los mismos roles que un hombre. Incluso se trata
que haya un número equitativo de danzantes. Se procura que la
danza esté compuesta por seis mujeres y seis hombres.
El impacto económico se deriva, mayoritariamente, del turismo. Las
danzas de Fornela en general son de sobra conocidas y son muchas
las gentes que van a verlas en directo por su espectacularidad y
fama, lo cual repercute en beneficios para los establecimientos de la
zona.
55 - Restricciones relativas al uso de los datos
No existen restricciones
56 - Especialistas
Narciso García, uno de los impulsores de la recuperación de la danza
y primer tamboritero desde su revitalización hasta el año 2011.
Alba Blanco, actual danzante de Guímara.
57 - Fecha de la toma de datos
24 de mayo de 2022
58 - Lugar de la toma de datos
Guímara
61 - Descripción material externo
Fotos aportadas por Alejandro Cerecedo, Alba Blanco y César Cerecedo, de celebraciones recientes de la danza.
62 - Personas(s) que confecciona(n) el inventario
María José Tablada Romero
Conjuntos de fichas
Fecha de creación
May 30, 2022
Fecha de modificación
June 15, 2022

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